Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 57 millones de personas en todo el mundo viven con algún tipo de demencia, siendo el Alzheimer la causa principal. Al tratarse de una enfermedad sin cura, es fundamental conocer los factores de riesgo que pueden influir en su aparición y, sobre todo, aprender cómo cuidar a una persona con Alzheimer para garantizar su bienestar y calidad de vida.
Para muchas familias, contar con el apoyo de un entorno profesional y adaptado es esencial en el cuidado del Alzheimer. En estos casos, una residencia de ancianos como las de Amavir puede ofrecer la tranquilidad y atención especializada que la persona necesita.
- El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa sin cura que afecta a millones de personas en todo el mundo y genera un impacto profundo tanto en quienes la padecen como en sus familias y cuidadores.
- El cuidado de personas con Alzheimer requiere adaptar rutinas, entorno y comunicación para preservar su autonomía, seguridad y bienestar emocional.
- La estimulación cognitiva y emocional, mediante actividades y terapias específicas, puede ralentizar el deterioro y mejorar la calidad de vida.
- Cuidar al cuidador es fundamental para evitar el agotamiento emocional y físico que puede derivar del cuidado continuo.
- En ciertos momentos, los cuidados especializados en residencias adaptadas son la mejor opción para garantizar una atención integral y profesional.
- Contar con un equipo multidisciplinar y un enfoque centrado en la persona y su familia, favorece el bienestar y la adaptación al cambio.
Cuidados diarios en personas con Alzheimer
Es común que surjan dudas sobre cómo cuidar a una persona con Alzheimer y garantizar su bienestar en el día a día. A menudo, es necesario adaptar tanto el hogar como las rutinas para promover su autonomía, mantener su seguridad y ofrecer una atención adecuada y respetuosa.
Estas son algunas recomendaciones para cuidar a una persona mayor con Alzheimer:
Higiene
Con la edad, las células y otros organismos del cuerpo envejecen, lo que incrementa el riesgo de sufrir enfermedades e infecciones. Por ello, en personas con afecciones como el Alzheimer, es especialmente importante establecer pautas de higiene diaria que les ayuden a mantener una rutina adecuada de cuidado personal y bienestar.
- Establecer una rutina diaria con horarios fijos.
- Avisar con antelación a la persona para que pueda prepararse mentalmente.
- Preparar todos los objetos que se vayan a utilizar durante la rutina de higiene y diferenciarlos de manera clara.
Vestimenta
Acciones cotidianas como ponerse una camiseta pueden convertirse en verdaderos desafíos para una persona con Alzheimer, debido tanto a las limitaciones de movilidad como a la pérdida progresiva de habilidades previamente adquiridas.
Aun así, hay algunas recomendaciones que pueden ayudar a hacer esta tarea más sencilla:
- Ofrecer solo dos o tres opciones para evitar sobre estimular a la persona, pero asegurarse de que participe en las tareas diarias.
- Utilizar prendas de telas agradables al tacto y fáciles de poner.
- Colocar la ropa en el orden en que debe vestirse.
Alimentación adaptada
Dedicar tiempo a la preparación de una buena alimentación en personas mayores tiene impactos positivos en su sistema inmunológico y su estado emocional y cognitivo.
Es importante que al informarse sobre cómo cuidar a un adulto mayor con Alzheimer y cómo cuidar su alimentación, se tenga en cuenta la hidratación en ancianos, ya que es habitual que las personas con enfermedades como el Alzheimer olviden beber agua regularmente.
Medicación
En las personas mayores, la medicación suele formar parte esencial de su rutina diaria, por lo que llevar un buen control de las tomas es fundamental. A continuación, algunos consejos para evitar olvidos:
- Preparar con antelación los medicamentos y dividirlos por tomas y días de la semana.
- Evitar en la medida de lo posible cambiar el color o forma de las pastillas.
- Designar un espacio fijo y visible en el hogar en el que almacenar los medicamentos
Seguridad en el hogar
El deterioro de las habilidades motoras y cognitivas en personas con Alzheimer hace imprescindible tomar medidas de seguridad en el hogar para evitar riesgos como caídas o golpes.
Algunas recomendaciones sencillas pero efectivas incluyen:
- Colocar barras de seguridad en el baño.
- Etiquetar utensilios y electrodomésticos con instrucciones claras de uso.
- Dejar en un lugar visible los teléfonos de emergencias y de familiares cercanos.
Comunicación con una persona con Alzheimer
Al tratarse de una enfermedad que afecta las capacidades cognitivas y, por ende, la comunicación, es importante considerar varios aspectos al interactuar con una persona con Alzheimer.
Cómo hablar para evitar frustraciones
La dificultad para comunicarse puede generar frustración y malestar emocional en las personas con Alzheimer. Por eso, es fundamental ser pacientes cuando tienen problemas para expresarse. Algunas recomendaciones útiles son:
- Vocalizar claramente al hablar.
- Llamar a la persona por su nombre para captar su atención.
- Hacer preguntas simples, que puedan responderse con una sola palabra.
Claves para interpretar comportamientos confusos
Una persona con Alzheimer puede mostrar comportamientos que resultan desconcertantes para quienes la rodean. Más allá de la empatía, es importante adoptar ciertas pautas que ayuden a comprender mejor su forma de actuar:
- Observar su lenguaje corporal y expresiones faciales para interpretar cómo se siente.
- Identificar qué estímulos provocan reacciones negativas o confusas y tratar de evitarlos.
- Conocer las diferencias entre la demencia senil y el Alzheimer y contar con un diagnóstico temprano, permite entender mejor su comportamiento y adaptar el tratamiento a sus necesidades específicas.
Evitar discusiones y fomentar la calma
Tanto para la persona con Alzheimer como para sus cuidadores y familiares, lo ideal es crear un entorno de calma, comprensión y respeto mutuo. Anticiparse a situaciones que puedan generar malestar es clave para evitar conflictos.
Algunas recomendaciones útiles para prevenir momentos de tensión:
- Identificar y evitar estímulos que provoquen incomodidad o confusión.
- No hacer recados en horas punta para reducir el estrés y la sobreestimulación.
- Protegerse adecuadamente del frío o el calor al salir a pasear.
Estimulación cognitiva y emocional
Además de establecer cuidados y rutinas adaptadas a la situación de cada persona, es fundamental trabajar la estimulación cognitiva para personas mayores. Existen actividades y terapias específicas que ayudan a ralentizar el deterioro de las capacidades mentales, mantener la autonomía el mayor tiempo posible y mejorar el bienestar emocional.
Actividades para ejercitar la memoria
Algunas actividades sencillas y eficaces para estimular la memoria en personas con Alzheimer son:
- Talleres creativos y manualidades, que fomentan la concentración y la motricidad fina.
- Juegos de lógica o juegos de memoria para adultos mayores, que ayudan a mantener activas las capacidades cognitivas.
- Juegos tradicionales, como el parchís o las damas, que resultan familiares y favorecen la atención y la agilidad mental.
Terapias complementarias
Actividades como la musicoterapia han demostrado tener efectos positivos en el estado de ánimo y la memoria de las personas mayores a través de ejercicios de escucha activa de la música, canto o incluso de creación de música con instrumentos.
Otro tipo de terapia que ha demostrado ser muy efectiva en personas con Alzheimer es la terapia de reminiscencia. En varias residencias de Amavir, los profesionales han habilitado una sala de reminiscencia con elementos significativos de la vida de los residentes, como fotografías, libros u objetos cotidianos, que les ayudan a reconectar con sus recuerdos y estimulan su actividad cognitiva.
Cuidar al cuidador: la otra cara del Alzheimer
El agotamiento mental y físico derivado de cuidar a una persona mayor con Alzheimer puede provocar depresión o ansiedad y lo que generalmente se conoce como síndrome del cuidador quemado:
Síndrome del cuidador quemado
Cuanto más tiempo se dedica en cuidar a otra persona, menos tiempo queda para cuidarse a uno mismo. Especialmente cuando no existe otra persona con quien repartir las responsabilidades. Esta carga de tareas puede provocar ciertos síntomas físicos, emocionales y también en las relaciones sociales y laborales.
Consejos para descansar
- Practicar ejercicio físico moderado, que ayuda a liberar tensiones y a dormir mejor.
- Mantener una alimentación equilibrada, fundamental para el bienestar general.
- Fomentar relaciones sociales positivas, que ofrecen apoyo emocional y reducen el estrés.
- Asegurar un descanso de calidad, evitando interrupciones y estableciendo rutinas de sueño.
- Consultar con un psicólogo, si es necesario, para aprender a gestionar la ansiedad y el desgaste emocional.
Ayudas disponibles
Las residencias de ancianos y centros de día Amavir ofrecen el programa de respiro familiar por todo el territorio nacional. Además, desde nuestros centros también puedes solicitar ayuda con los trámites y requisitos para acceder a la Ley de Dependencia y sus ayudas asociadas.
¿Cuándo considerar una residencia especializada?
Hay momentos en los que una persona mayor necesita cuidados continuos y atención profesional que no siempre pueden ofrecerse en el entorno familiar. Aunque tomar la decisión no es fácil, especialmente cuando surgen dudas sobre cómo convencer a un anciano de ir a una residencia, involucrarlo en el proceso de decisión puede ayudar a que acepte el cambio con mayor tranquilidad.
Indicadores que pueden marcar el momento
Hay ciertos signos que pueden señalar que ha llegado el momento de considerar una residencia con cuidados profesionales:
- Dependencia total para actividades básicas del día a día.
- Pérdida de habilidades para alimentarse, moverse o mantener la higiene personal.
- Agotamiento físico o emocional de los familiares o cuidadores, que ya no pueden asumir el cuidado sin ayuda externa.
- Rechazo por parte del mayor a recibir ayuda, lo que puede requerir la intervención de profesionales especializados.
Contar con el apoyo de un centro especializado puede ser clave para garantizar el bienestar de la persona y el de su entorno, sobre todo cuando surgen dudas sobre qué hacer cuando un anciano no quiere ayuda.
Beneficios del entorno especializado
Las residencias de mayores especializadas ofrecen ciertos beneficios específicos para el cuidado de personas con Alzheimer:
- Atención individualizada y de calidad
- Equipo multidisciplinar de profesionales que se enfoquen en diferentes áreas del bienestar de los pacientes
- Acompañamiento integral a los familiares
Cómo elegir una buena residencia para personas mayores con Alzheimer
En caso de que un paciente sufra de Alzheimer es imprescindible buscar una residencia de ancianos que cuente con un Plan de Atención Individualizada adaptado a cada caso y nivel de Alzheimer.
Es normal que existan dudas sobre cómo elegir la mejor residencia de ancianos. Hay que considerar algunos aspectos como que la residencia tenga programas de envejecimiento activo, que cuente con profesionales con cualificaciones específicas para atender a enfermos de Alzheimer y disponga de programas de actividades específicas.
Cómo cuidamos a las personas con Alzheimer en Amavir
El cuidado de una persona con Alzheimer requiere de atenciones específicas que se adapten a cada caso. Por ejemplo en nuestras residencias de Canarias, existe un protocolo de acogida en residencia de mayores que asegura una adaptación adecuada para el paciente y sus familiares incluso antes de que el paciente entre a vivir en la residencia.
- Unidades especializadas y profesionales formados:
- Unidades dedicadas con profesionales de salud física y mental.
- Coordinación entre profesionales para un cuidado personalizado.
- Enfoque centrado en la persona y la familia:
- Conocimiento de gustos y hábitos para potenciar la autonomía del paciente.
- Apoyo emocional y comunicación continua con las familias, que son un pilar fundamental.
- Facilidades para el acompañamiento y soporte familiar.
- Actividades, terapias y entorno adaptado:
- Terapias personalizadas como musicoterapia, manualidades y salidas culturales.
- Enfoque en el envejecimiento activo y la mejora de capacidades físicas y cognitivas.
- Adaptación continua del entorno y actividades según avances en investigación sobre Alzheimer.
Cuidar a una persona mayor con Alzheimer es un desafío que requiere paciencia, conocimiento y recursos adecuados. Adaptar el entorno, mantener rutinas claras, estimular sus capacidades cognitivas y emocionales, y fomentar una comunicación respetuosa son fundamentales para mejorar su calidad de vida.
Además, es vital proteger la salud física y emocional de los cuidadores, buscando apoyos y descansos cuando sea necesario. Cuando el cuidado familiar no es suficiente, las residencias especializadas, como las de Amavir, ofrecen atención profesional, integral y personalizada, acompañando tanto al paciente como a sus familias en cada etapa del proceso.