¿Cómo influye la alimentación en las personas mayores?
La alimentación en las personas mayores desempeña un papel crucial en su salud y calidad de vida. Durante el envejecimiento, el cuerpo experimenta cambios fisiológicos que afectan el metabolismo, la digestión, la absorción de nutrientes y las necesidades energéticas. Estas transformaciones pueden influir en la capacidad de disfrutar de los alimentos, en el estado nutricional y en la predisposición a ciertas enfermedades.
Cuidar la alimentación puede ayudar a evitar problemas futuros, siendo fundamental no solo para prevenir deficiencias nutricionales y controlar enfermedades crónicas, sino también para mejorar el bienestar físico, emocional y social de las personas mayores, contribuyendo a mantener su independencia y funcionalidad diaria. Por ello, comprender cómo adaptar la alimentación a las necesidades específicas de esta etapa de la vida es esencial para promover un envejecimiento saludable.
Cambios fisiológicos que se producen al envejecer
Los cambios fisiológicos asociados al envejecimiento pueden influir significativamente en la vida diaria, especialmente en aspectos como la alimentación, la movilidad y la salud general. Por ejemplo, la disminución de la capacidad para percibir sabores dulces y salados, junto con alteraciones en la dentición y la reducción de la producción de saliva, puede conllevar una menor ingesta de alimentos, disminución del apetito, falta de interés por la comida e incluso dificultad para tragar. Para abordar estas situaciones, se recomienda ajustar la dieta de las personas mayores con alimentos de fácil masticación, incrementar el contenido proteico y realizar valoraciones nutricionales completas cuando sea necesario.
A nivel intestinal, el envejecimiento puede provocar una menor motilidad, la aparición de divertículos y hernias de hiato, lo que contribuye al estreñimiento y a la formación de fecalomas. Una dieta rica en fibra y de fácil digestión es fundamental en estos casos. Asimismo, la menor funcionalidad de la médula ósea puede aumentar la incidencia de infecciones, anemias y alteraciones leves en la coagulación, lo que se puede manejar incorporando en la dieta hierro y algunas de las vitaminas más importantes para las personas mayores.
Por otra parte, la elasticidad arterial disminuye con la edad, incrementando la prevalencia de hipertensión arterial, mientras que el envejecimiento del sistema endocrino puede favorecer la resistencia a la insulina y el desarrollo de diabetes. En estos casos, una dieta equilibrada y, cuando sea necesario, un control farmacológico adecuado, resultan esenciales.
En cuanto a la piel, esta se vuelve más delgada, seca y menos elástica, aumentando el riesgo de úlceras cutáneas, especialmente en personas encamadas, para quienes la movilización y la valoración nutricional son clave. La menor sensación de sed y una menor hidratación tisular también elevan el riesgo de deshidratación, por lo que es crucial promover una hidratación activa y controlar la ingesta de líquidos.
La pérdida de masa ósea, característica de la osteoporosis, puede ocasionar una reducción en la talla, mientras que la disminución de la masa muscular y cerebral, junto con un menor control motor, aumenta el riesgo de caídas y debilidad general. Es fundamental garantizar un adecuado aporte de calcio y vitaminas, mejorar las instalaciones del hogar y fomentar programas de ejercicio físico adaptados.
Finalmente, la capacidad cardiaca y pulmonar también se ven afectadas. Una menor contractilidad del corazón y una capacidad ventilatoria reducida pueden dificultar la actividad física y predisponer a infecciones respiratorias. Para contrarrestarlo, se recomienda implementar pautas de ejercicio adecuadas y realizar ejercicios respiratorios diarios, que ayuden a mantener la funcionalidad del sistema respiratorio y a prevenir complicaciones.
Pirámide nutricional para personas mayores
La pirámide alimentaria es una herramienta útil para guiar una dieta equilibrada y rica en nutrientes esenciales.
Primer nivel
En la base de la pirámide, se encuentran los alimentos que deben formar la base de la dieta: frutas y verduras. Estos alimentos son ricos en vitaminas, minerales, fibra y antioxidantes, y son esenciales para mantener una buena salud y prevenir enfermedades crónicas.
Segundo nivel
El siguiente nivel de la pirámide incluye alimentos ricos en fibra, como pan integral, arroz integral, avena y quinoa. Estos alimentos proporcionan energía y fibra para ayudar a prevenir problemas digestivos y mantener una buena salud intestinal.
Tercer nivel
En el tercer nivel se encuentran las proteínas magras, como pollo, pescado, huevos, o legumbres. Estos alimentos son esenciales para la salud muscular y ósea, y también son una buena fuente de hierro y otros nutrientes importantes. Se recomienda elegir carnes magras, pescados grasos como el salmón y fuentes vegetales de proteínas para una dieta equilibrada y variada.
En la parte superior de la pirámide se encuentran las grasas saludables y los alimentos ricos en calcio. Las grasas saludables, como el aguacate, el aceite de oliva y los frutos secos, son importantes para una buena salud del corazón y para prevenir enfermedades crónicas. Mientras tanto, el calcio es esencial para mantener huesos fuertes y prevenir la osteoporosis, por lo que se recomienda consumir alimentos ricos en calcio como productos lácteos bajos en grasa.
Además de estos grupos de alimentos, es importante mantenerse hidratado y beber suficiente agua durante todo el día. También se deben limitar los alimentos y bebidas con alto contenido de azúcares, grasas saturadas y sodio, ya que pueden aumentar el riesgo de enfermedades crónicas y afectar la salud en general.
Cómo cuidamos la alimentación de las personas mayores en Amavir
En Amavir, somos conscientes del impacto que la alimentación puede ejercer sobre la vida y la salud de las personas. Por ello, en nuestros centros, tratamos de ofrecer dietas que se adapten a la situación clínica del residente con el fin de mantener y mejorar su estado de salud. Asimismo, también seguimos un estricto control bacteriológico para evitar la contaminación de los alimentos.
Por tanto, en Amavir disponemos de menús adaptados a cada residente, lo que nos permite controlar cada una de las ingestas y residuos con el fin de velar que el mayor consume la energía y nutrientes que precisa y cumple con la pauta dietética prescrita.