En la sociedad actual, el envejecimiento activo y saludable se ha convertido en un tema de gran relevancia. El aumento de la esperanza de vida nos invita a adoptar una nueva perspectiva: promover hábitos y estilos de vida que favorezcan el bienestar físico, mental y emocional en todas las etapas.
Envejecer no significa perder calidad de vida; al contrario, puede ser una etapa llena de oportunidades para crecer, disfrutar y mantenerse activo. Apostar por un envejecimiento activo y saludable es fundamental para alcanzar una vejez autónoma, plena y con propósito.
Este enfoque se promueve especialmente en las residencias de ancianos, donde se trabaja de forma integral para fortalecer la autonomía, la vitalidad y el bienestar físico y emocional de las personas mayores.
En este artículo exploraremos los beneficios de llevar una vida activa, los pilares del envejecimiento activo y saludable, y compartiremos consejos prácticos y ejercicios para mejorar la calidad de vida en la tercera edad.
¿Qué es un envejecimiento activo y saludable?
El envejecimiento activo y saludable es un proceso orientado a mantener y potenciar las capacidades funcionales que garantizan el bienestar durante la vejez. Implica optimizar de forma continua las oportunidades para preservar la salud física y mental, fomentar la independencia y mejorar la calidad de vida en todas las etapas.
Definición según la OMS
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el envejecimiento activo como “el proceso de optimizar las oportunidades de salud, participación y seguridad con el fin de mejorar la calidad de vida a medida que las personas envejecen.” Este enfoque no solo pone énfasis en la salud física, sino también en el rol activo que las personas mayores pueden y deben tener en la sociedad.
El concepto de envejecimiento saludable, por su parte, fue redefinido por la OMS en 2015 y se centra en “el desarrollo y mantenimiento de la capacidad funcional que permite el bienestar en la vejez.”
Diferencias entre envejecimiento activo y saludable
Aunque a menudo se utilizan como sinónimos, el envejecimiento activo y el envejecimiento saludable presentan diferencias clave.
El envejecimiento activo:
- Integra la participación social, la salud y la seguridad.
- Tiene un enfoque integral que incluye aspectos sociales, emocionales y económicos.
- Promueve una vida significativa, autónoma y productiva.
El envejecimiento saludable, por su parte:
- Se centra en mantener las capacidades funcionales con el paso del tiempo.
- Pone el foco en el estado físico y mental.
- Busca preservar la autonomía y el bienestar general.
Ambos conceptos se complementan y resultan fundamentales para alcanzar una vejez plena, con calidad de vida y sentido.
Pilares para fomentar el envejecimiento activo y saludable
El envejecimiento activo y saludable se sustenta en una serie de hábitos y enfoques que favorecen la salud física, mental y emocional de las personas mayores. Adoptar estas prácticas no solo ayuda a prevenir enfermedades, sino que también mejora la autonomía, el bienestar y la calidad de vida en esta etapa.
A continuación, se presentan los pilares fundamentales para fomentar un envejecimiento activo y saludable:
Actividad física adaptada
La actividad física es uno de los pilares clave del envejecimiento activo y saludable. El ejercicio regular ayuda a preservar la movilidad, fortalecer los músculos, mantener la salud cardiovascular y prevenir la pérdida de autonomía.
Actividades como caminar, nadar o practicar yoga adaptado permiten mantener el cuerpo en movimiento de forma segura y efectiva. En este sentido, es fundamental reconocer la importancia del deporte en la tercera edad, ya que favorece no solo la salud física, sino también el equilibrio emocional y la calidad de vida.
Nunca es tarde para comenzar: lo importante es adaptar el tipo e intensidad de ejercicio al estado de salud y condición física de cada persona. Empezar con metas realistas y progresivas puede marcar una gran diferencia a largo plazo.
Alimentación saludable y equilibrada
Con el paso del tiempo, aumenta la importancia de una dieta saludable. Las necesidades nutricionales cambian con la edad: aunque las personas mayores suelen requerir menos calorías, es esencial que su dieta les aporte todos los nutrientes necesarios para mantener sus funciones vitales y prevenir enfermedades.
Una alimentación adecuada dentro del marco del envejecimiento activo y saludable debe basarse en alimentos frescos y variados: frutas, verduras, legumbres, granos integrales, frutos secos naturales, semillas y lácteos bajos en grasa. También es fundamental asegurar una buena hidratación diaria y reducir el consumo de fritos, rebozados, refrescos azucarados y alcohol.
Una dieta rica en nutrientes y baja en azúcares procesados no solo mejora la calidad de vida, sino que ayuda a prevenir patologías comunes en la vejez, como la diabetes, la hipertensión o la osteoporosis.
Estimulación cognitiva
Ejercitar la mente es tan fundamental como mantener el cuerpo activo para lograr un envejecimiento activo y saludable. Por eso, los ejercicios de estimulación cognitiva son imprescindibles para preservar y potenciar las funciones mentales en la tercera edad.
Actividades como resolver crucigramas, leer, jugar a juegos de memoria o aprender nuevas habilidades contribuyen a mantener agudas las capacidades cognitivas. La estimulación cognitiva no solo mejora la memoria, sino que también fortalece la concentración, el razonamiento y la agilidad mental, ayudando a afrontar mejor los desafíos diarios.
Incorporar estos ejercicios de forma regular es clave para fomentar un envejecimiento activo y saludable, promoviendo una mente dinámica y una mejor calidad de vida.
Participación social y emocional
La conexión con otras personas es clave para un envejecimiento activo y saludable, ya que mejora la salud mental y el bienestar emocional. Participar en actividades comunitarias, grupos de interés o mantener relaciones cercanas ayuda a reducir la soledad y el riesgo de depresión.
Estas interacciones fomentan el sentido de pertenencia, estimulan la mente y fortalecen la autonomía, contribuyendo a una mejor calidad de vida en la tercera edad.
Actividades para un envejecimiento activo y saludable
Disfrutar del tiempo libre realizando actividades que resulten placenteras es fundamental para fomentar un envejecimiento activo y saludable. Estas experiencias no solo ofrecen diversión, sino que también contribuyen significativamente al bienestar emocional y a una mayor calidad de vida en la tercera edad.
Ejercicio físico
Actividades como caminar, bailar, practicar tai chi o realizar ejercicios de bajo impacto son ideales para mejorar la circulación, fortalecer los músculos y aumentar la coordinación. Además, el ejercicio físico regular ayuda a mantener la movilidad, prevenir caídas y favorecer el equilibrio emocional, claves para un envejecimiento activo y saludable.
Juegos de memoria
Realizar juegos de memoria como sopas de letras, rompecabezas, juegos de lógica o aplicaciones digitales especializadas ayudan a estimular la mente de forma divertida. Estas actividades favorecen la agilidad mental, mejoran la concentración y contribuyen a mantener las capacidades cognitivas activas.
Lectura
Leer diariamente es una excelente forma de mantener el cerebro activo, mejorar la concentración y ampliar el vocabulario. Además, la lectura estimula la imaginación y el pensamiento crítico, siendo una actividad clave para favorecer un envejecimiento activo y saludable.
Actividades intergeneracionales
Compartir tiempo con niños o jóvenes fortalece vínculos afectivos, promueve el aprendizaje mutuo y reduce el aislamiento. Es por ello que se recomiendan este tipo de actividades intergeneracionales en las residencias y centros de día.
Mantener relaciones sociales y familiares
Conversar, visitar a amigos o familiares y participar en celebraciones son actividades que fortalecen la salud emocional y fomentan el sentido de pertenencia. Mantener estas conexiones sociales es fundamental para prevenir la soledad, mejorar el ánimo y contribuir a un envejecimiento activo y saludable.
Ejemplos de envejecimiento activo y envejecimiento saludable
El envejecimiento activo se centra en que las personas continúen siendo protagonistas de su entorno y decisiones, fomentando su participación en áreas sociales, económicas, culturales, espirituales y cívicas. Por ejemplo, un adulto mayor que realiza voluntariado, forma parte de un club de lectura o colabora en un huerto comunitario, está promoviendo un envejecimiento activo.
Por otro lado, el envejecimiento saludable pone el foco en el bienestar físico y mental, así como en la búsqueda de preservar la autonomía y la calidad de vida. Un ejemplo claro es cuando una persona mayor sale a pasear diariamente o prepara su propia comida.
Ambos enfoques se complementan para lograr una vejez plena, equilibrada y satisfactoria.
Por qué es fundamental promoverlo desde edades tempranas
Fomentar hábitos saludables desde la juventud es clave para asegurar un envejecimiento activo y saludable. Adoptar un estilo de vida que incluya buena alimentación, ejercicio regular, cuidado de la salud mental y relaciones sociales sólidas desde edades tempranas ayuda a prevenir enfermedades y a mantener la autonomía en la vejez. Además, cultivar una actitud positiva hacia el envejecimiento contribuye a enfrentar esta etapa con mayor bienestar y calidad de vida.
Beneficios de mantener un estilo de vida activo en la vejez
Mejora física y mental
Los trastornos de ansiedad en personas mayores de 65 años afectan entre un 4 % y un 15 % según diversos estudios, lo que subraya la importancia de cuidar la salud mental en la tercera edad. Mantener un estilo de vida activo, que incluya ejercicio regular y ejercicios de estimulación cognitiva, ayuda a retrasar el deterioro físico y mental, mejorando significativamente la calidad de vida.
Además, el apoyo de profesionales sanitarios, junto con la compañía de familiares y amigos, es fundamental para mantener un buen estado emocional y un envejecimiento activo y saludable.
Reducción del riesgo de enfermedades crónicas
Un estilo de vida activo reduce significativamente el riesgo de padecer enfermedades como la diabetes, enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer.
Mayor independencia y autoestima
Conservar la capacidad de realizar tareas diarias refuerza la autonomía, lo que a su vez fortalece la autoestima y la confianza personal.
Obstáculos comunes y cómo superarlos
Sedentarismo
El sedentarismo es un gran desafío para un envejecimiento activo y saludable, ya que aumenta el riesgo de problemas físicos y mentales. Para combatirlo, es importante establecer rutinas sencillas y adaptadas al hogar, como caminar o realizar ejercicios suaves, siempre con el apoyo de profesionales. Además, participar en actividades grupales puede motivar y mejorar el bienestar emocional.
Aislamiento social
El aislamiento social es un obstáculo frecuente que afecta la salud emocional y física en la tercera edad. Para superarlo, es fundamental participar en actividades comunitarias o grupos de apoyo, lo que facilita la creación de nuevas relaciones y fortalece los lazos existentes.
Falta de motivación
La falta de motivación es un desafío común para mantener un envejecimiento activo y saludable. Establecer metas realistas y alcanzables, junto con el apoyo constante de familiares o profesionales, puede marcar la diferencia para mantener el entusiasmo y la constancia en las actividades diarias.
¿Cómo fomentamos el envejecimiento activo y saludable en las residencias y centros de día Amavir?
En los centros de día Amavir, entendemos la importancia de promover un envejecimiento activo y saludable en la tercera edad. Por eso, nuestras actividades están diseñadas para potenciar la autonomía y la psicomotricidad, a través de ejercicios de fisioterapia y rehabilitación para mayores, tanto individuales como grupales, siempre adaptados a las condiciones físicas de cada residente.
Además, ofrecemos un programa de estancias temporales en nuestras residencias, que permite a los mayores acceder a ingresos de corta o media duración por necesidades específicas y en periodos determinados, brindando un apoyo flexible y personalizado.
Programas personalizados de bienestar físico y cognitivo
En Amavir diseñamos planes personalizados que combinan ejercicio físico, estimulación mental y seguimiento médico para promover la salud integral de nuestros residentes.
Además, en nuestros centros potenciamos las capacidades cognitivas mediante programas específicos de estimulación, con el objetivo de prevenir o retrasar el avance de demencias. Entre estas, las terapias con animales destacan por sus múltiples beneficios psicológicos y físicos, ya que favorecen la estimulación física y cognitiva a través del vínculo afectivo que se crea entre el residente y el animal.
Actividades para estimular la autonomía
Fomentamos la participación de los residentes en las decisiones diarias, así como en talleres creativos, celebraciones temáticas y actividades sociales, con el objetivo de fortalecer su autonomía, autoestima y sentido de pertenencia. Estas acciones también contribuyen a prevenir el deterioro cognitivo.
Asimismo, llevamos a cabo actividades lúdicas y terapéuticas con el fin de estimular todas las capacidades de nuestros residentes. Entre los ejemplos más destacados encontramos el huerto terapéutico; también manualidades o talleres artísticos, actividades de animación o excursiones y salidas culturales que buscan, entre otras cosas, mantener la movilidad y el buen estado corporal de los mayores.
Por todo lo anterior, en nuestras residencias promovemos de manera decidida la cultura del envejecimiento activo y saludable, reconociendo el papel fundamental que las personas mayores desempeñan en la sociedad. Nuestro compromiso es contribuir a prolongar su calidad de vida, autonomía, productividad y bienestar emocional. Así, fomentamos una sociedad más inclusiva y respetuosa, donde el envejecimiento se vive como una etapa plena y satisfactoria. Promover un estilo de vida saludable es clave para disfrutar de cada etapa de la vida con vitalidad y propósito.