Con el paso de los años, las personas mayores comienzan a desarrollar cierto tipo de enfermedades relacionadas con la baja actividad física, la alimentación o los hábitos poco saludables.
La sarcopenia en ancianos es una afección muy común a partir de los 60 años y ha sido acuñada como enfermedad por la Organización Mundial de la Salud (OMS), ya que deriva en un alto grado de dependencia o incluso discapacidad.
Pero, ¿Qué es la sarcopenia?
Qué es la sarcopenia
La sarcopenia es una enfermedad degenerativa que produce la pérdida de masa y potencia muscular con el paso del tiempo. No obstante, la importancia no radica en a qué edad empieza la sarcopenia, sino que se debe tener en cuenta que a partir de los 30 años, la masa muscular disminuye de forma gradual entre un 3 % y un 8 % cada década y esto se acelera a partir de los 60 años, agravándose en función de los hábitos.
De esta forma, la sarcopenia origina una disminución progresiva de la fuerza, lo que contribuye a la debilidad muscular en ancianos, a la discapacidad y a la pérdida de independencia. Además, se suele manifestar porque la persona tiene que hacer un esfuerzo mayor en movimientos y actividades cotidianas como levantarse de la cama o de una silla, lo que supone una importante reducción de la calidad de vida.
Asimismo, esta atrofia muscular en ancianos aumenta la probabilidad de sufrir caídas y fracturas, lo cual es un grave riesgo. Por ello, es importante saber cómo evitar las caídas en personas mayores, ya que las complicaciones derivadas de una caída suponen la sexta causa de muerte en personas de más de 65 años. Esta pérdida de masa muscular en ancianos también conlleva, a medio y largo plazo, cambios en la composición corporal como, por ejemplo, el aumento del tejido graso, incrementándose el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
Causas de debilidad muscular en ancianos
Existen varios factores implicados en las causas de la pérdida de masa muscular que originan la sarcopenia:
- Factores genéticos: hay personas que tienen predisposición hereditaria a padecer la enfermedad.
- Factores del sistema nervioso central: con el envejecimiento se pierden unidades motoras de la médula espinal de forma progresiva, lo que provoca atrofia muscular.
- Factores musculares: el paso del tiempo produce la pérdida de calcio en las proteínas de las células musculares, lo cual termina por debilitar la contracción, así como la regeneración del músculo y su calidad.
- Déficit hormonal: la disminución de estrógenos y de testosterona tiene un fuerte impacto sobre los huesos y los músculos, lo que favorece que se padezca sarcopenia. También influye el déficit de la hormona del crecimiento.
- Pérdida de peso: cuando los mayores disminuyen su peso lo hacen más a costa de masa muscular que de tejido graso.
- Factores de estilo de vida: el sedentarismo y la ausencia de actividad física incrementan la posibilidad de tener más grasa y menos masa muscular.
Sarcopenia en ancianos: Síntomas
La sarcopenia presenta una serie de síntomas certeros que permiten diagnosticarla rápidamente en ancianos:
- Sensación constante de debilidad: La debilidad muscular es la señal más común y notable y se traduce en menor rendimiento físico.
- Disminución progresiva de la fuerza: la atrofia muscular en ancianos se nota sobre todo en las extremidades y conduce a la reducción del vigor y la energía.
- Dificultad de movimiento: la baja masa muscular en adultos mayores complica el realizar cualquier movimiento rutinario, se producen desplazamientos con lentitud y pueden llegar a darse caídas frecuentes.
- Reducción del peso sin motivo aparente: el músculo pesa más que la grasa y cuando se produce la pérdida de masa muscular en ancianos se suele reflejar en la báscula y en el aspecto físico.
Claves para combatir la pérdida de fuerza en piernas en personas mayores
En definitiva, no existe un tratamiento concreto para la sarcopenia en personas mayores, pero sí que hay claves para evitar o retrasar su aparición y combatir la pérdida de fuerza en las piernas en ancianos.
¿Cómo evitar la sarcopenia en ancianos?
- Actividad física diaria: es muy importante el deporte en personas mayores para mantener la salud y evitar la pérdida de masa muscular. Se recomiendan ejercicios controlados de resistencia y de fuerza para mejorar la calidad muscular y las funciones físicas. Para ello, es imprescindible un especialista.
- Alimentación saludable: es fundamental una dieta rica en vitaminas y calcio en mayores, así como con suficientes calorías para que el adulto mayor tenga suficiente energía y proteínas, al ser el macronutriente principal que “alimenta” al músculo. Está demostrado que las personas que llevan una vida activa y tienen sus requerimientos nutricionales cubiertos tienen menos posibilidades de desarrollar sarcopenia. Es vital que un experto lleve el seguimiento.
- Buenos hábitos: además del deporte y la correcta alimentación, es importante no fumar y también no consumir alcohol o estimulantes como la cafeína en exceso. Mantener una vida equilibrada fomentando los hábitos saludables es clave para evitar el desarrollo de la sarcopenia en ancianos.
- Fisioterapia: los beneficios de la fisioterapia permiten mantener un nivel de autonomía en las actividades del día a día, desarrollando, manteniendo y recuperando al máximo el movimiento y la capacidad funcional de las personas. Por ello, esto es recomendable para prevenir así la enfermedad.
En las Residencias Amavir hay un equipo multidisciplinar de especialistas que se encargan de cuidar de forma integral y personalizada al residente. Se atiende a la alimentación de la mano del equipo de nutricionistas, garantizando una ingesta adecuada de todos los macro y micronutrientes alimenticios. Asimismo, se promueve el ejercicio físico con actividades de envejecimiento activo para que los mayores mantengan sus capacidades para realizar sus actividades cotidianas y para que mantengan su autonomía personal y, en general, para que conserven una buena calidad de vida.
Preguntas frecuentes
¿Cuáles son los primeros síntomas de la sarcopenia que debo tener en cuenta?
Los primeros síntomas suelen ser sutiles y pueden pasar desapercibidos. Además de la debilidad generalizada, se puede experimentar dificultad para subir escaleras, levantarse de una silla o llevar a cabo tareas que antes se realizaban con facilidad. También se puede notar una disminución en la masa muscular, especialmente en las extremidades.
¿Qué pruebas médicas se realizan para diagnosticar la sarcopenia en ancianos?
El diagnóstico de la sarcopenia suele basarse en una evaluación exhaustiva que incluye una historia clínica detallada, un examen físico y pruebas complementarias. Entre estas pruebas se pueden incluir:
- Evaluación de la fuerza muscular: Se miden la fuerza de agarre, la fuerza en las piernas y la capacidad para levantarse de una silla.
- Análisis de la composición corporal: Se utilizan técnicas como la bioimpedancia o la absorciometría de rayos X de doble energía (DEXA) para medir la masa muscular y grasa.
- Pruebas de rendimiento físico: Se evalúan la velocidad de la marcha, la capacidad de equilibrio y la resistencia.
¿Existen tratamientos farmacológicos para la sarcopenia?
Si bien no existe un tratamiento farmacológico específico aprobado para la sarcopenia, se están investigando diversas opciones. Algunos medicamentos utilizados para otras afecciones, como la osteoporosis, podrían tener un efecto beneficioso en la masa muscular. Sin embargo, el tratamiento principal de la sarcopenia se basa en cambios en el estilo de vida, como el ejercicio físico y una alimentación adecuada.
¿Qué tipo de ejercicios son los más recomendados para prevenir y tratar la sarcopenia en ancianos?
Los ejercicios de resistencia, como el levantamiento de pesas o el uso de bandas elásticas, son fundamentales para aumentar la masa muscular y la fuerza. También se recomiendan ejercicios de equilibrio y flexibilidad para mejorar la función física y prevenir caídas. Es importante que las personas mayores consulten a un fisioterapeuta o entrenador físico para diseñar un programa de ejercicios personalizado.
¿Cómo puede ayudar un nutricionista a una persona con sarcopenia?
Un nutricionista puede elaborar un plan de alimentación adaptado a las necesidades individuales de cada persona con sarcopenia. Se enfocará en aumentar el consumo de proteínas de alta calidad, que son esenciales para la construcción y reparación muscular. Además, se prestará atención a otros nutrientes importantes, como vitaminas y minerales, que contribuyen a una buena salud muscular.