Actualmente, las residencias de mayores y centros de día se han convertido en grandes impulsores del envejecimiento activo, con distintos profesionales como psicólogos, terapeutas ocupacionales y trabajadores sociales que se encargan de incentivar el desarrollo cognitivo y emocional de los mayores, así como de ejercitar diferentes capacidades que se van perdiendo con el paso del tiempo.
Por ello, en Amavir, trabajamos con un programa de actividades físicas y de refuerzo cognitivo que permiten que nuestros residentes obtengan una mayor autonomía, independencia, calidad y esperanza de vida. Los programas de envejecimiento activo, por tanto, se alzan como una excelente vía para mantenerles activos tanto física como mentalmente, permitiendo, además, que se relacionen favorablemente con su entorno a través de la participación en talleres y visitas colectivas de ocio y cultura.
Envejecimiento activo, un pilar primordial en la calidad de vida de los residentes
Según la OMS, el envejecimiento activo se define como “el proceso de optimización de las oportunidades de la salud, participación y seguridad con el fin de mejorar la calidad de vida a medida que las personas envejecen; permitiendo a las personas realizar su potencial de bienestar físico, social y mental a lo largo de todo su ciclo vital y participar en la sociedad de acuerdo con sus necesidades, deseos y capacidades, mientras que les proporciona protección, seguridad y cuidados adecuados”.
El aumento de esperanza de vida en los últimos años ha llevado a que envejecer de una forma saludable, en todos los sentidos, se convierta en un objetivo fundamental dentro del sector. En Amavir, los residentes reciben una atención integral, personalizada y adaptada a sus necesidades, llevando a cabo actividades que impulsan el envejecimiento activo y que les proporcionan bienestar en todas las áreas, contribuyendo a ofrecerles una mejor calidad de vida al potenciar su autonomía, mejorar su estado emocional, su adaptación al entorno y sus vínculos interpersonales; lo que hace que, consecuentemente, se reduzcan estados como la soledad o la depresión.
Por ello, las actividades que se realizan en nuestras residencias y centros de día buscan una mejora de la autonomía y psicomotricidad, mediante ejercicios de fisioterapia y rehabilitación para mayores, individuales y grupales adaptados a las condiciones físicas de los residentes. Asimismo, llevamos a cabo actividades lúdicas y terapéuticas con el fin de estimular todas las capacidades de nuestros residentes como por ejemplo el huerto terapéutico, también manualidades o talleres artísticos hasta actividades de animación o excursiones y salidas culturales que buscan, entre otras cosas, mantener la movilidad y el buen estado corporal de los mismos.
Además, en nuestros centros también se potencian las capacidades cognitivas a través de programas de estimulación que persiguen el objetivo de prevenir o retrasar posibles demencias. Las terapias con animales, por ejemplo, aportan a los mayores innumerables beneficios psicológicos y físicos, al conseguir una mejora de la estimulación física y cognitiva del residente gracias al vínculo afectivo generado con el animal.
Por estos motivos, nuestras residencias apuestan firmemente por la cultura del envejecimiento activo y saludable, fomentando el papel primordial que las personas mayores tienen en la sociedad y contribuyendo a extender su calidad de vida, productividad y bienestar mental.