En la sociedad actual, el envejecimiento se ha convertido en un tema relevante y de creciente interés. A medida que la esperanza de vida aumenta, surge la necesidad de abordar el envejecimiento de forma distinta, centrándonos en la promoción de un estilo de vida activo.
De este modo, para conseguir una buena salud física y mental es importante adquirir hábitos saludables, teniendo en cuenta que el bienestar y la calidad de vida no se limitan solo a los años de juventud. El envejecimiento activo trata de aprovechar al máximo cada etapa de la vida, cultivando la autonomía, la vitalidad y la plenitud en todas las edades.
En las próximas líneas abordaremos los beneficios de una vida activa, los fundamentos del envejecimiento activo y saludable y una serie de consejos y ejercicios para que la actividad y la calidad de vida sean una realidad en la tercera edad.
¿En qué consiste el envejecimiento activo?
El envejecimiento saludable es el proceso de mantenimiento y desarrollo de las capacidades funcionales que permite el bienestar en la vejez. Un continuo proceso de optimización de las oportunidades para mantener y mejorar la salud física y mental, la independencia y la calidad a lo largo de la vida.
En el marco de este envejecimiento activo o saludable, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha puesto en marcha la Década del Envejecimiento Saludable (2020-2030), un proyecto que involucra a todos los actores sociales, gubernamentales, organismos internacionales, medios de comunicación y profesionales para mejorar la vida de las personas mayores, sus familias y las comunidades en las que viven.
Con base en planes de acción mundiales e informes sobre el envejecimiento y la salud de la población, la OMS llevó a cabo esta iniciativa, consistente en una colaboración mundial para fomentar el envejecimiento saludable en torno a los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Consejos para seguir un envejecimiento activo y saludable
Independientemente de la edad, llevar una vida activa está asociado con múltiples beneficios para la salud de las personas. Pero es especialmente relevante promover que los mayores lleven una vida activa, basada en rutinas que satisfagan sus necesidades y que les permita sentirse activos y con vitalidad.
Este estilo de vida saludable puede prevenir algunos problemas de salud y ayudar al adulto mayor a aprovechar al máximo su vida. Por ello, entre los hábitos de un ritmo de vida saludable podemos encontrar los siguientes:
Alimentación saludable
Con el paso de los años, nuestras necesidades nutricionales cambian. Las personas mayores pueden requerir menor cantidad de calorías, pero igualmente necesitan obtener los nutrientes suficientes para sus funciones vitales. Por ello, es aconsejable proporcionarles un plan de alimentación saludable, que incluya alimentos frescos (frutas y verduras), lácteos bajos en grasa, frutos secos al natural, semillas y granos integrales, preferentemente. También se recomienda beber abundantes líquidos y evitar productos rebozados o fritos, refrescos o alcohol, entre otros.
Ejercicio físico con regularidad
Siempre debemos tener presente la importancia del deporte en la tercera edad, para el mantenimiento de un peso saludable, el fomento de la autonomía y así evitar problemas crónicos de salud. Teniendo en cuenta, además, que nunca es tarde para comenzar a estar activo. Se puede comenzar lentamente para alcanzar objetivos pequeños a corto plazo. También hay que evaluar la cantidad de ejercicio que puede realizar el adulto mayor, en función de su edad y estado de salud.
Mente activa
En la tercera edad también es fundamental ejercitar la memoria. Así, la estimulación cognitiva juega un papel determinante a la hora de mejorar la memoria de las personas mayores, mediante el aprendizaje de nuevas habilidades, la lectura, los juegos o desafíos que entrañan un problema a resolver.
Salud mental
A nivel mundial, los estudios sobre la prevalencia de los trastornos de ansiedad en las personas mayores de 65 años muestran resultados variables, oscilando entre el 4 % y el 15 %. Por ello, se recomienda el mantenimiento de un estado de paz y relajación, libre de estrés y ansiedad. Para ello hay que recurrir a la ayuda de profesionales sanitarios que, junto a la compañía de amigos y familiares, puede suponer la clave para un óptimo nivel de salud mental.
Tiempo libre y actividades de ocio y disfrute
Tener y poder disfrutar de tiempo libre y de ocio realizando actividades con las que las personas mayores disfruten y se lo pasen bien, es un ingrediente esencial en el proceso de envejecimiento activo y saludable. De este modo, se contribuirá a un estado de bienestar y felicidad óptimo.
Otros hábitos
En un estilo de vida saludable es aconsejable dejar atrás hábitos perjudiciales para nuestra salud como fumar, beber alcohol o consumir cualquier tipo de droga. En la tercera edad son igualmente importantes las relaciones sociales con el entorno más cercano, la adaptación de todo tipo de actividades y rutinas y la prevención de caídas y enfermedades, entre otras acciones.
Ejercicios para seguir un envejecimiento saludable
Cada persona debe adecuar la actividad física a su capacidad para realizarla, pero es importante que en ella se incluyan los tipos de ejercicio que existen. Principalmente, encontramos cuatro tipos de ejercicios que las personas mayores necesitan para sentirse en el proceso de un envejecimiento saludable:
- Actividades aeróbicas o de resistencia: caminar, nadar, bailar o andar en bicicleta: todas estas acciones mejoran la salud cardiovascular, aumentan la resistencia física y fortalecen los huesos.
- Ejercicios de fortalecimiento: evitan la pérdida de masa muscular propia de la edad. Se puede configurar una tabla de ejercicios que contemple todos los grupos musculares, con objetos poco pesados que tengamos por casa, o con pesas de varios kilos si el adulto mayor ha llevado un ritmo de vida activo y realizando deporte de forma asidua. Estos ejercicios mejoran el metabolismo del mayor, contribuyen a mantener su peso y el nivel de azúcar en sangre, y ayudan a prevenir la osteoporosis.
- Ejercicios de elongación: son los ejercicios de calentamiento que se deben realizar antes y después de iniciar cualquier actividad física de intensidad moderada o intensa. Permiten evitar lesiones y aumentar la flexibilidad.
- Ejercicios de equilibrio y flexibilidad: un problema muy frecuente en la tercera edad son las caídas. Gracias a los ejercicios de equilibrio, flexibilidad y rehabilitación, se reduce el riesgo de fracturas de cadera y otros accidentes comunes en la tercera edad. Se pueden proponer ejercicios de equilibrio estático o dinámico, y añadir variantes más complejas según se adquiera el hábito y el adulto mayor se vea con capacidad para ello.
Talleres que realizamos en Amavir
En las Residencias Amavir somos conscientes de todos estos fundamentos del envejecimiento activo y el estilo de vida saludable en la tercera edad. Por ello, las actividades que se realizan en nuestras residencias y centros de día buscan una mejora de la autonomía y psicomotricidad mediante ejercicios de fisioterapia y rehabilitación para mayores, tanto individuales como grupales, siempre adaptados a las condiciones físicas de los residentes.
Asimismo, llevamos a cabo actividades lúdicas y terapéuticas con el fin de estimular todas las capacidades de nuestros residentes. Entre los ejemplos más destacados encontramos el huerto terapéutico; también manualidades o talleres artísticos, actividades de animación o excursiones y salidas culturales que buscan, entre otras cosas, mantener la movilidad y el buen estado corporal de los mayores.
Además, en nuestros centros también se potencian las capacidades cognitivas a través de programas de estimulación con el objetivo de prevenir o retrasar posibles demencias. Las terapias con animales, por ejemplo, aportan a los participantes innumerables beneficios psicológicos y físicos, al conseguir una mejora de la estimulación física y cognitiva del residente gracias al vínculo afectivo generado con el animal.
Del mismo modo, ofrecemos un proyecto de estancias temporales en nuestras residencias: ingresos de corta o media duración que las personas mayores realizan por una necesidad concreta en un momento puntual, durante un periodo delimitado.
Además de ser un recurso que permite fomentar las capacidades físicas y cognitivas de las personas mayores a través de un cambio en su rutina y la ampliación de su entorno social, también resulta muy beneficioso para que los familiares y cuidadores disfruten de un tiempo de descanso para cuidar de sí mismos, un aspecto muy importante para que puedan seguir ofreciendo la mejor atención y cuidados.
Por todo ello, nuestras residencias apuestan firmemente por la cultura del envejecimiento activo y saludable, fomentando el papel primordial que las personas mayores tienen en la sociedad y contribuyendo a extender su calidad de vida, productividad y bienestar mental. De este modo contribuimos a la consecución de una sociedad más inclusiva y respetuosa con las personas mayores. La promoción de un estilo de vida saludable nos permite disfrutar de una vida plena y satisfactoria en todas las etapas.