El próximo 29 de septiembre se celebra el Día Mundial del Corazón, una fecha importante que nos recuerda la necesidad que cuidar de nuestro órgano principal. A medida que avanza el tiempo, el envejecimiento de la población aumenta, y con ello la frecuencia de las enfermedades cardiovasculares. Los músculos y los huesos se debilitan como consecuencia del envejecimiento del cuerpo, y también el corazón y las arterias. Es común que en personas de edad avanzada se presenten diferentes cardiopatías, y según el tipo y la gravedad de ésta, la persona mayor necesitará un tipo de residencia de ancianos concreta, según el modelo asistencial que requiera.
Actualmente, la principal pérdida funcional en los hombres es la cardiopatía coronaria, una enfermedad que afecta a los vasos sanguíneos del corazón, evitando que reciba la suficiente cantidad de sangre para su correcto funcionamiento. Debido a esta enfermedad, el mayor puede sufrir complicaciones como infarto agudo de miocardio o angina de pecho.
Las venas y las arterias que llevan la sangre al cerebro sufren una afección que hace que no circule correctamente. Esta patología se denomina enfermedad cerebrovascular y afecta especialmente a mujeres de edad avanzada. Las consecuencias pueden ser el ictus, problemas de la vista o coordinación de movimientos.
Otra de las cardiopatías más comunes es la hipertensión arterial, producida por un aumento de la presión que hace que las arterias se hagan más gruesas y se dificulte el paso de la sangre. Los síntomas de esta enfermedad no suelen percibirse de forma clara, por lo que es necesario controlar regularmente la tensión de la persona mayor para poder efectuar un diagnóstico con tiempo suficiente.
Según diferentes estudios, la mayoría de las enfermedades cardiovasculares pueden llegar a prevenirse adoptando unos hábitos de vida más saludables, la actividad física en personas mayores supone múltiples beneficios, así como una alimentación saludable. Es muy importante evitar fumar, el alcohol y el sedentarismo para prevenir afecciones del corazón.
Controlar el colesterol, la hipertensión y la diabetes en personas mayores es muy importante para prevenir este tipo de cardiopatías.