Las vacaciones estivales son un buen momento para desconectar de las labores cotidianas y la vida laboral, pero también para poder disfrutar de tiempo de calidad con las personas mayores. Es la etapa ideal para viajar con personas mayores, emprender una escapada a ese destino soñado con nuestros allegados, compartir experiencias y relajarse. Y es que, una ruta programada reporta grandes beneficios para toda la familia, en especial para los mayores que busquen un cambio de aires.
A la hora de viajar con personas mayores, hay que tener en cuenta una serie de consideraciones que faciliten el traslado y la estancia de las personas de edad avanzada. Así podremos anticiparnos a imprevistos y acomodar el viaje. Hay que tener en cuenta diversos aspectos:
- La temperatura del lugar escogido
- Ruta que vamos a efectuar
- Riesgos sanitarios del viaje
- Medios de transportes a valorar
- Duración del trayecto completo
- Enfermedad actual del mayor y necesidad de cuidados
- Estado físico del mayor y posibles limitaciones
Recomendaciones para viajar con ancianos
Teniendo en cuenta estos aspectos, os dejamos a continuación cinco consejos para viajar con ancianos este verano y pasar un tiempo agradable con los mejores cuidados:
1. Dónde viajar con personas mayores
Elegir un destino veraniego accesible es esencial para viajar con comodidad y sin sobresaltos con personas de la tercera edad. Podemos aprovechar para consultar al mayor sus preferencias para así decantarnos por un rincón urbano, de la naturaleza o de la costa que le entusiasme visitar. Es recomendable también que el lugar escogido cuente con una temperatura agradable, sin frío y calor extremos, para evitar molestias innecesarias ya que tenemos que tener en cuenta cómo afecta el calor a nuestros mayores. Otro elemento que hay que valorar es la distancia y duración del trayecto, ya que lo ideal es evitar viajes largos con personas mayores. Estos desplazamientos pueden resultar incómodos, aunque, si no hay más remedio que hacerlos, se recomienda realizar paradas periódicas y frecuentes para facilitar la movilidad y la hidratación del mayor, y promover un trayecto más ameno.
2. Planificación del viaje con una persona mayor
Una vez elegido el lugar de escapada, la organización es fundamental para anticiparse a cualquier suceso inesperado. Previa salida, es primordial revisar la ruta del viaje y el medio de transporte que vamos a emplear, ya sea automóvil, tren, autobús o avión. Si finalmente escogemos ir en coche, saldremos a una hora del día agradable y ajustaremos la temperatura correcta en el vehículo para viajar con personas mayores con total comodidad. Llevaremos a mano siempre agua, algo de comer y las medicinas que la persona de edad avanzada requiera tomar a la hora estimada. También organizaremos la ropa apropiada que vamos a necesitar, así como hacer una valoración del presupuesto que vamos a emplear para el viaje. Eso sí, aunque vayamos con una planificación meditada, no hay que dejar de lado la posibilidad de que pueda producirse una alteración en los planes, por lo que lo ideal es ir con la mente abierta y no desilusionarnos ante un cambio de estas características.
3. Organizar la medicación o tratamiento del adulto mayor
No debemos olvidar llevar las medicinas de los tratamientos que esté siguiendo el mayor. Además, es recomendable incluir una dosis extra para el viaje por precaución. Si vamos a viajar con ancianos fuera del país y el destino escogido requiere una vacunación especial, es necesario acudir al médico para protegerse y que prescriba las vacunas necesarias. A ello hay que añadir las restricciones en la dieta que tenga el mayor, por lo que será importante si hay que adaptar su alimentación diaria. Cualquier duda o inquietud que se presente, hay que consultar con el médico para ir bien precavidos. En cualquier caso, es aconsejable llevar unos artículos básicos a modo de botiquín que nos ayuden a estar protegidos ante cualquier contratiempo.
4. Programar actividades adaptadas para las personas mayores
Lo ideal es estar abiertos a la flexibilidad a la hora de viajar con personas mayores. No todos los mayores presentan un buen estado físico, por lo que habrá algunas actividades que no puedan realizar. Desde Amavir recomendamos que los mayores participen en actividades que requieran poco esfuerzo y que vayan acompañados de agua para mantenerse hidratados en todo momento. Puede que, en estos días, al estar más activos, las personas mayores necesiten tomar algún complemento vitamínico que les aporte más energía y fortaleza. Además, es aconsejable que lleven ropa cómoda, que transpire y que facilite los desplazamientos, en especial si el anciano tiene limitada su movilidad. Atendiendo a sus necesidades, lo más recomendable es evitar rutas de larga duración, con muchas pendientes o escaleras, así como descartar deportes extremos o que impliquen dificultades.
5. Información de contacto y posible seguro
Puede que a la persona mayor le haga especial ilusión viajar a algún país extranjero, por lo que, confirmado este punto, lo mejor es contratar un seguro de viaje. De esta forma, quedaremos cubiertos ante cualquier emergencia que pueda surgir. Igualmente es fundamental al viajar con personas mayores, que nuestro familiar lleve consigo información de contacto completa para que, en caso de despiste, pueda acudir a cualquier persona para que le ayude a localizar a los allegados con facilidad.
Las estancias temporales en residencias de ancianos, una alternativa de calidad asistencial
No siempre es posible optar por un retiro vacacional para las personas de la tercera edad. Algunas razones como un grado de dependencia o deterioro cognitivo severos pueden impedir que las familias se decanten por viajar con personas mayores. En estos casos especiales, las estancias temporales en residencias de ancianos son un recurso que contribuye a aportar un cambio de aires en verano a las personas mayores al tiempo que ofrecen un respiro familiar.
Las estancias temporales en residencias de mayores están especializadas en el cuidado físico y emocional de los residentes y pensadas para proporcionar una dedicación plena y bienestar a las personas mayores. Sobre todo, resultan muy beneficiosas para los mayores, puesto que, además de recibir una atención personalizada e integral, salen de su entorno habitual, estrechan lazos con otros residentes y disfrutan de un conjunto de actividades. Asimismo, constituyen un recurso de gran calidad asistencial por lo que aportan tranquilidad y confianza para el respiro familiar durante las vacaciones de verano.