Pérdida de peso en personas mayores

El envejecimiento puede provocar alteraciones fisiológicas, psicológicas y sociales influidas por factores endógenos y exógenos, que pueden ir acompañados de procesos de aumento o pérdida de peso. Aunque los casos de incremento de peso y obesidad pueden ser más comunes en la tercera edad, también puede suceder lo contrario: que una persona mayor pierda peso de forma involuntaria.

En este caso, la pérdida de peso en ancianos, a veces, puede indicar un problema médico subyacente. Por ello, es imprescindible evaluar las pérdidas de peso fortuitas en las personas mayores para investigar la causa y verificar cuál es su procedencia.

• La pérdida de peso en mayores puede deberse a malos hábitos alimenticios, falta de apetito, cambios fisiológicos, enfermedades crónicas, efectos secundarios de medicamentos o problemas de masticación/deglución.

• El tratamiento se basa en mejorar la alimentación con dietas equilibradas y ricas en proteínas, vitaminas y minerales, adaptadas a cada persona.

• Los suplementos nutricionales (batidos proteicos, vitamina D, B12, calcio, etc.) ayudan a mantener fuerza, prevenir desnutrición y estimular el apetito.

• La prevención y seguimiento constante son esenciales, junto con dietas variadas, ricas en frutas, verduras, proteínas y líquidos para mantener la calidad de vida en la tercera edad.

Causas más comunes de la pérdida de peso en personas mayores

Una de las principales razones por las que los adultos mayores sufren una pérdida de peso involuntaria y preocupante es porque tienen malos hábitos alimenticios.  Con carácter general, la pérdida de peso involuntaria se debe a la reducción de la cantidad de ingesta de alimentos como resultado de la falta o disminución del apetito con la edad.

Esta sensación de inapetencia puede ser consecuencia de enfermedades (puntuales o crónicas), soledad o depresión. No obstante, también pueden producirse otras causas, que veremos a continuación.

Como causas más frecuentes de la pérdida de peso en adultos mayores encontramos:

• Cambios fisiológicos relacionados con la edad, que pueden contribuir a la conocida como “anorexia del envejecimiento”. Entre estos cambios se encuentra la reducción de masa corporal magra, la masa ósea y la tasa de metabolismo basal, entre otros.
• Enfermedades crónicas y condiciones médicas. La reducción de peso también puede ser resultado de una infección prolongada o de una enfermedad no diagnosticada. Asimismo, el adelgazamiento también puede ser la primera manifestación de otras patologías como enfermedades infecciosas (tuberculosis, endocarditis o infecciones fúngicas o parasitarias), o sarcopenia una enfermedad degenerativa que produce la pérdida de masa y potencia muscular con el paso del tiempo.
• Efectos secundarios de tratamientos y medicamentos. Ciertos medicamentos también pueden ocasionar una pérdida de peso. Si este es el caso, posiblemente haya que acudir al especialista, quien indicará si es necesario cambiar a otro medicamento para que el adulto mayor se mantenga en su peso ideal.
• Problemas dentales y dificultades para comer o tragar. Otra posible causa puede ser la disfagia o dificultad para tragar o deglutir los alimentos

Tratamiento específico para pérdida de peso en ancianos

Los profesionales de la salud y de entornos socio-sanitarios proponen una serie de hábitos y ejercicios que pueden ayudar a prevenir y revertir la pérdida de peso pronunciada en personas mayores y ayudarles a conseguir una mejor calidad de vida.

1. Mejora de la alimentación. Una alimentación adecuada constituye uno de los pilares fundamentales en el tratamiento de la pérdida de peso excesiva en la tercera edad. Para que esta sea completa y equilibrada, se debe diseñar un plan de alimentación rico en proteínas, vitaminas y minerales, que conforman nutrientes esenciales para reparación de los tejidos y el fortalecimiento del sistema inmunológico. Para ello recurriremos al asesoramiento de un dietista o nutricionista.
2. Suplementos nutricionales. En algunos casos puede ser necesaria la administración de complementos para obtener los nutrientes necesarios presentes en los alimentos. Este tipo de productos está diseñado para proporcionar una cantidad concentrada de calorías, proteínas y otros elementos indispensables mediante una o dos dosis diarias. Estos suplementos nutricionales son útiles cuando la falta de apetito o los problemas digestivos dificultan la ingesta de alimentos sólidos.
3. Atención y cuidados especializados. La atención médica y nutricional especializada es esencial en el tratamiento de la pérdida de peso en personas mayores. Los profesionales de la salud, como médicos, enfermeras, dietistas, cuidadores profesionales y terapeutas ocupacionales, juegan un papel crucial en el manejo de esta condición. Realizar un seguimiento constante del estado nutricional del paciente, ajustar la terapia según sea necesario y proporcionar apoyo emocional son componentes esenciales de la atención especializada.

Ajustes de medicación

Además de hábitos y cuidados especializados para el adulto mayor, también es relevante realizar los ajustes necesarios en la medicación para fomentar que la pérdida de peso no continúe con el paso del tiempo y para conseguir recuperar poco a poco esos kilos perdidos.

Por eso, es fundamental el seguimiento del paciente para que, en caso de necesidad, se ajuste la medicación que está tomando o se propongan nuevos tratamientos para ver cómo evoluciona esa pérdida de peso. En este caso deberá determinar si hay algún medicamento concreto que está provocando la falta de apetito o la pérdida de peso y reducir su dosis de forma paulatina o eliminarla por otro tipo de medicina.

En este sentido también puede ser de gran ayuda la consulta u orientación de un profesional nutricionista especializado en este tipo de casos de pérdida de peso en la tercera edad, o del fisioterapeuta para prescribir ejercicios y actividades que estimulen la ingesta y conservación de energía en el organismo.

Terapias de deglución

En casos de disfagia o dificultad para tragar, también podemos recurrir a algunas técnicas y terapias para facilitar la deglución.

En este sentido, es importante tener en cuenta los siguientes consejos:

• Los ejercicios de elongación y estiramiento suponen una buena práctica para prevenir la disfagia, ya que mejoran la respiración y los movimientos realizados durante la deglución.
• Además, la adaptación de la forma de ingerir los alimentos y la dieta son claves para reducir las complicaciones o dolencias que provoca la disfagia.
• También son especialmente importantes los ejercicios de fortalecimiento de los músculos de la deglución (como pueden ser hinchar las mejillas y mantener el aire dentro durante unos segundos, fruncir los labios y mantenerlos así por unos segundos, hacer movimientos de gárgaras con agua, imitar besos y bostezos, pronunciar las letras M, P y B o realizar movimientos circulares con la lengua) o realizar técnicas de respiración y relajación.

Uso de suplementos nutricionales

La intervención nutricional supone un importante apoyo para los casos de pérdida de peso en adultos mayores, incluso para aquellas situaciones en que pueden producirse casos de caquexia o desnutrición extrema y debilitamiento del organismo.

Por ello, la suplementación nutricional en pacientes con pérdida de peso puede ser un importante aliado para mantener un mínimo de nutrientes esenciales en su organismo y para prevenir la desnutrición, así como corregirla cuando esta se produzca en pacientes mayores.

Aquí podemos encontrar los batidos proteicos cuya finalidad es que los adultos mayores conserven su fuerza y vitalidad en la rutina cotidiana. También son importantes las ampollas vitamínicas, concretamente aquellas que contengan vitamina D, ya que este nutriente es el encargado de que los huesos se mantengan fuertes. Del mismo modo, esta vitamina es beneficiosa a la hora de prevenir enfermedades como la osteoporosis, la diabetes o las asociadas al envejecimiento cognitivo.

Para animar o abrir el apetito, también son útiles los complementos de vitamina B12, así como el calcio, las proteínas, el magnesio o el zinc, para fortalecer su salud y cuidar su nutrición.

Dietas y hábitos alimentarios en ancianos con pérdida de peso

La dieta en las personas mayores edad debe ser algo distinta que durante la edad adulta. Conforme aumenta la edad, existen problemas en la movilidad del tracto gastrointestinal, pueden aparecer problemas para la masticación y el intestino no absorbe tan bien como antes los nutrientes.

Asimismo, la disminución del apetito o la no planificación de comidas por encontrarse en soledad pueden incidir como elementos desmotivantes para que el adulto mayor prepare y disfrute del momento de la comida, el desayuno o la cena.

De este modo, debemos ayudar a las personas mayores a introducir y apostar por alimentos ricos en nutrientes que contengan gran cantidad de vitaminas y minerales, así como otras propiedades que favorecen el óptimo desarrollo de nuestras funciones vitales.

Para ello, hay que incidir en la importancia de consumir una dieta variada y “arcoíris”, con diversas piezas de frutas y verdura al día, que incluya granos integrales como avena, pan y arroz integral, y con lácteos bajos en grasas y leches de origen vegetal con suplementos de vitamina D y calcio agregados.

También podemos incorporar en pequeñas cantidades y de forma vistosa y apetecible fuentes de proteínas como pueden ser carnes magras, huevos, aves y pescados. Asimismo, las legumbres, frutos secos y semillas son beneficiosas, siempre que las toleren bien y no sean alérgicos.

Igualmente, es importante recordar la conveniencia de tomar líquidos durante todo el día. Es posible que a medida que se envejece, se sienta menos sed, pero el cuerpo necesita líquidos para mantenerse sano y con buena digestión. Si el adulto mayor tiene un problema de control de la vejiga, debe consultar con su médico sobre los líquidos que debe tomar, así como la cantidad y cuándo tomarlos.

En definitiva, la prevención y vigilancia de las pérdidas de peso son factores imprescindibles a tener en cuenta en el cuidado de los mayores. En su compromiso de cuidado y fomento de la salud y la calidad de vida durante la tercera edad, las residencias de mayores elaboran planes de prevención y control del peso y las condiciones físicas de los residentes, gracias a la coordinación de un equipo multidisciplinar de especialistas que se encargan de cuidar de forma integral y personalizada a las personas mayores.