La incontinencia urinaria (IU) es la pérdida involuntaria de orina, un problema muy frecuente en los mayores de 60 años y que puede ser tratado y prevenido.
Las causas más frecuentes son: cambios relacionados con el envejecimiento, como el debilitamiento del suelo pélvico; problemas de próstata; algunas enfermedades neurológicas; la diabetes y obesidad; y efectos secundarios de medicamentos que favorecen la pérdida de orina.
Para realizar un diagnóstico de IU, los profesionales atienden a diversos síntomas como: escapes al toser o reír, necesidad urgente y frecuente de orinar, despertar varias veces por la noche con necesidad de acudir al baño, y goteo constante o sensación de vaciado incompleto.
Existen diversas opciones de tratamiento que pueden ayudar a paliar y a controlar este problema. Estas son: cambios en el estilo de vida, importancia de una dieta saludable, tratamiento farmacológico, dispositivos médicos, y cirugía en casos avanzados.
Por último, también se indican algunas recomendaciones a seguir que pueden ayudar a prevenir la IU: mantener un peso saludable, beneficios de la actividad física en mayores, ejercicio regular del suelo pélvico, revisión periódica de próstata, control de enfermedades crónicas, y limitar irritantes de la vejiga.
¿Cuáles son las causas más frecuentes en hombres mayores de 60 años?
La pérdida involuntaria de orina es un problema común entre los hombres mayores. A partir de los 60 años, diversos cambios en el cuerpo pueden afectar el control de la vejiga, generando desde pequeñas pérdidas hasta escapes más importantes.
Causas de la incontinencia urinaria en hombres mayores
Cambios relacionados con el envejecimiento
Con la edad, el cuerpo experimenta transformaciones naturales que influyen en el funcionamiento del sistema urinario. La vejiga pierde capacidad para almacenar orina, y el músculo detrusor, encargado de contraerse para vaciarla, puede hacerlo de manera involuntaria.
Además, los músculos del suelo pélvico y el esfínter uretral se debilitan, lo que dificulta mantener el control durante el esfuerzo físico o los movimientos bruscos. Estos cambios explican por qué muchos hombres mayores presentan escapes leves, especialmente al toser, reír o levantar peso.
Problemas de próstata
La hiperplasia prostática benigna (HPB) es una de las causas más comunes de incontinencia en varones mayores. El crecimiento de la próstata puede obstruir la uretra, dificultar el vaciado completo de la vejiga y provocar pérdidas por rebosamiento.
Por otro lado, los tratamientos para el cáncer de próstata, como la cirugía o la radioterapia, pueden dañar los músculos o nervios responsables del control urinario, generando incontinencia de esfuerzo o mixta.
Enfermedades neurológicas
El cerebro y la médula espinal controlan la función vesical, por lo que cualquier alteración neurológica puede afectar la micción.
Enfermedades como el ictus, el Parkinson, la esclerosis múltiple o la demencia pueden interrumpir la comunicación entre el sistema nervioso y la vejiga, provocando urgencia urinaria o pérdida de control.
Si quieres conocer las diferencias entre alzheimer y demencia senil puedes hacerlo pinchando aquí.
Diabetes y obesidad
La diabetes en personas mayores es otro factor de riesgo importante. Con el tiempo, los niveles elevados de glucosa dañan los nervios que controlan la vejiga (neuropatía diabética), dificultando su vaciado completo. Además, el exceso de orina producido por la hiperglucemia puede favorecer los escapes.
La obesidad, por su parte, incrementa la presión sobre la vejiga y debilita los músculos del suelo pélvico, lo que facilita las pérdidas durante el esfuerzo o el movimiento.
Medicamentos que favorecen la pérdida de orina
Algunos tratamientos habituales en personas mayores pueden contribuir a la incontinencia. Los diuréticos aumentan la producción de orina; los sedantes y antidepresivos pueden reducir la capacidad de respuesta; mientras que ciertos medicamentos para la próstata o la hipertensión relajan el esfínter uretral, facilitando los escapes.
Por ello, es fundamental consultar con el médico si se sospecha que un fármaco puede estar influyendo en la pérdida de orina para que cambie o ajuste la dosis.
Diagnóstico de la incontinencia urinaria
Reconocer los síntomas de la incontinencia urinaria es fundamental para poder actuar a tiempo. Muchos hombres mayores tienden a normalizar las pérdidas de orina, pensando que se trata de algo “propio de la edad”, pero en realidad suele haber una causa específica que puede tratarse.
La incontinencia no se presenta igual en todos los hombres. Algunos notan pequeñas fugas al realizar esfuerzos, mientras que otros sienten una urgencia repentina por orinar. Entre los signos más comunes se encuentran:
- Escapes al toser o reír: Indican debilidad del esfínter urinario o del suelo pélvico, típico de la incontinencia de esfuerzo.
- Necesidad urgente y frecuente de orinar: Es característico de la incontinencia de urgencia o “vejiga hiperactiva”, donde las contracciones involuntarias del músculo vesical provocando escapes antes de llegar al baño.
- Despertar varias veces por la noche para orinar: La nicturia puede ser un signo de vejiga hiperactiva, problemas prostáticos o enfermedades metabólicas como la diabetes.
- Goteo constante o sensación de vaciado incompleto: Suele deberse a una obstrucción por crecimiento prostático o a una vejiga que no logra vaciarse completamente, dando lugar a la llamada incontinencia por rebosamiento.
Aunque pueda resultar incómodo hablar del tema, la incontinencia urinaria en hombres mayores no debe ocultarse ni considerarse un tabú. Un diagnóstico temprano permite aplicar tratamientos eficaces que van desde ejercicios y medicamentos hasta procedimientos más avanzados, según la causa.
Tratamientos disponibles
Hoy en día existen múltiples alternativas que permiten mejorar o incluso eliminar los síntomas de la incontinencia urinaria, dependiendo de la causa y del tipo de incontinencia. En Amavir recomendamos un tratamiento personalizado y supervisado por un urólogo, pero conocer las opciones ayuda a entender que sí hay soluciones efectivas.
Cambios en el estilo de vida
En la mayoría de los casos se comienza con cambios en el estilo de vida. Mantener un peso saludable, evitar el consumo excesivo de cafeína, alcohol y bebidas gaseosas, y dejar de fumar son medidas fundamentales.
La importancia de una dieta saludable rica en fibra puede prevenir el estreñimiento, que aumenta la presión abdominal y agrava las pérdidas. Asimismo, es importante el control de líquidos.
Tratamiento farmacológico
Existen diversos medicamentos que pueden ayudar con la incontinencia, siempre bajo la recomendación y prescripción médica. Por ejemplo, los antimuscarínicos o los agonistas beta-3, que relajan la vejiga o reducen sus contracciones, son útiles en los casos de urgencia urinaria.
Dispositivos médicos
Existen también dispositivos médicos que ayudan a controlar las fugas, especialmente en hombres que no pueden orinar de manera efectiva. Los catéteres intermitentes o permanentes permiten vaciar la vejiga cuando hay retención significativa, mientras que los colectores externos ofrecen una alternativa práctica y discreta para el manejo diario.
En casos más graves, el esfínter urinario artificial constituye la opción más efectiva, ya que reproduce el mecanismo natural de cierre y apertura de la uretra.
Cirugía en casos avanzados
Cuando las terapias conservadoras no logran el resultado esperado, se puede recurrir a la cirugía. Entre las opciones quirúrgicas se encuentran el implante del esfínter urinario artificial, las bandas suburetrales o las cirugías reconstructivas, entre otras. La elección del procedimiento depende de la edad, la causa de la incontinencia y el estado general de salud del paciente.
H2. ¿Cómo prevenir la incontinencia masculina?
Para prevenir la incontinencia urinaria existen diversas acciones que los mayores pueden realizar como mantenerse saludables, ejercitar, acudir a sus revisiones médicas y evitar alimentos irritantes para la vejiga. Algunas indicaciones son:
- Mantener un peso saludable: adoptar hábitos saludables puede reducir significativamente el riesgo y ayudar a mantener un buen control sobre la vejiga durante más tiempo. Entre los beneficios de la actividad física en mayores se encuentra la prevención.
- Ejercicio regular del suelo pélvico: estos ejercicios fortalecen los músculos de control urinario y son beneficiosos, especialmente tras cirugía prostática o en casos de pérdidas leves.
- Revisión periódica de próstata: a partir de los 50 años, y antes si existen antecedentes familiares, es recomendable acudir al urólogo para controlar el tamaño prostático y detectar de manera temprana cualquier alteración. Una detección precoz de la hiperplasia prostática benigna y otras enfermedades prostáticas permite actuar antes de que aparezcan los síntomas más molestos.
- Control de enfermedades crónicas: la diabetes, la hipertensión o las enfermedades neurológicas pueden ser causa de IU. La diabetes mal controlada puede dañar los nervios que regulan la vejiga, mientras que la hipertensión y algunos tratamientos farmacológicos pueden afectar el equilibrio del sistema urinario.
- Limitar irritantes de la vejiga: bebidas como el café, el té, el alcohol y las bebidas gaseosas. Estas sustancias pueden aumentar la producción de orina o estimular las contracciones vesicales, provocando una necesidad más urgente y frecuente de orinar. Reducir su ingesta, especialmente por la tarde o la noche, mejora el control y la calidad del sueño.
La incontinencia urinaria en hombres mayores de 60 años no debe asumirse como un signo normal del envejecimiento. En la mayoría de los casos, tiene causas específicas y tratamientos eficaces que permiten recuperar la calidad de vida. Es por ello que en nuestras residencias de mayores estamos atentos a cualquier síntoma.