Las escaras, también conocidas como úlceras de presión, son una de las complicaciones más comunes y graves en personas mayores con movilidad reducida. Su aparición puede dar lugar a problemas serios si no se detectan y tratan a tiempo. Por ello, es fundamental que las residencias de ancianos estén atentas a su aparición. En este artículo, analizamos cómo prevenir y tratar las escaras en ancianos, sus fases y los tratamientos disponibles.
¿Qué son las escaras y por qué aparecen en los ancianos?
Definición y causas de las escaras
Las escaras o úlceras por presión son lesiones que se producen en la piel y los tejidos profundos debido a una presión constante, generalmente en personas encamadas o con movilidad limitada. También se conocen como úlceras por presión y requieren atención especializada para su tratamiento y para prevenir posibles complicaciones.
En los casos de dependencia de un adulto mayor, es importante que el cuidador esté atento a la aparición de posibles escaras.
Factores de riesgo en personas mayores
En la vejez, el riesgo aumenta debido a la fragilidad de la piel, enfermedades crónicas, desnutrición y, especialmente, por la falta de movilidad.
Zonas más afectadas
Las escaras suelen aparecer en zonas donde los huesos están más cerca de la piel, como el sacro, los glúteos, los talones, los tobillos o los omóplatos. Estas son áreas especialmente vulnerables cuando se pasa mucho tiempo en cama o en una misma posición.
Síntomas de las escaras en ancianos
Los síntomas varían según la etapa de evolución. Al inicio, se presentan enrojecimientos que no desaparecen al cambiar de posición. Más adelante pueden desarrollarse heridas abiertas, dolor, mal olor e incluso necrosis del tejido, haciendo necesario curar escaras profundas con técnicas avanzadas.
Fases de las escaras y su evolución
Etapa inicial: enrojecimiento y cambios en la piel
El primer signo es un área enrojecida que no vuelve a la normalidad al reducir la presión. La piel puede estar caliente, dura o sensible.
Fase intermedia: formación de úlceras superficiales
Si no se actúa, la lesión avanza hasta formar ampollas o heridas abiertas, afectando la epidermis y la dermis. Aquí comienza el proceso de curar escaras de forma activa.
Etapa avanzada: heridas profundas y complicaciones
En los casos más graves, la herida avanza hacia tejidos más profundos, comprometiendo músculos y huesos. En esta etapa, es urgente curar escaras profundas mediante tratamientos especializados, incluso quirúrgicos, para evitar infecciones severas.
Cómo curar las escaras en ancianos
Limpieza y desinfección de la herida
La higiene corporal de un enfermo en cama es fundamental. La limpieza diaria con suero fisiológico y la desinfección con productos antisépticos suaves es un cuidado muy importante para la salud de la piel. Una buena higiene es el primer paso para curar una escara de forma segura.
Aplicación de apósitos y productos cicatrizantes
Existen distintos apósitos según el tipo y etapa de la escara. El uso de una crema para escaras en ancianos también es recomendable, ya que ayuda a regenerar la piel, controlar la humedad y prevenir infecciones.
Cuándo es necesario el uso de antibióticos o cirugía
Si hay infección evidente, se recurre a antibióticos tópicos o sistémicos. En casos críticos de escara úlcera por presión, se puede requerir cirugía para eliminar tejido necrótico y favorecer la cicatrización.
Prevención de escaras en personas mayores
El cuidado de la piel en ancianos es fundamental, ya que su piel es más fina y propensa a daños y enfermedades. La prevención comienza con el cambio regular de postura, al menos cada dos horas, así como con el uso de colchones y cojines antiescaras.
Además, una piel bien hidratada con productos específicos es menos propensa a sufrir lesiones. Estas prácticas deben incluirse en una guía integral de prevención de caídas en personas mayores, ya que las escaras y las caídas están estrechamente relacionadas. Las caídas pueden provocar inmovilización, ya sea temporal o prolongada, lo que aumenta significativamente el riesgo de desarrollar escaras.
Cuidados en las residencias para prevenir y tratar las escaras
Cómo se tratan las escaras en las residencias de Amavir
En centros como Amavir, los cuidados se realizan dentro de unidades de convivencia reducidas, lo que permite una atención más personalizada. Se aplican protocolos de prevención tanto para escaras como para evitar caídas en personas mayores mediante la adaptación del entorno y el uso de ayudas técnicas.
Papel del equipo médico y de enfermería en el tratamiento
El personal sanitario evalúa diariamente la piel del residente, aplica los tratamientos adecuados y realiza movilizaciones frecuentes. También detecta factores de riesgo que puedan causar caídas en personas mayores consecuencias, como el deterioro cognitivo o la falta de fuerza muscular.
Importancia del seguimiento y la personalización del cuidado
Cada persona mayor tiene unas necesidades específicas por lo que es fundamental desarrollar un plan de atención individualizada. Para ello, tanto la prevención de caídas en personas mayores como el tratamiento de las escaras por presión deben adaptarse a su estado de salud, movilidad y entorno. Además, el seguimiento constante es clave para evitar complicaciones.
En conclusión, el cuidado de la piel es esencial en las personas mayores. Las escaras pueden surgir cuando la movilidad se ve limitada, ya sea por una caída que obliga a la persona a guardar reposo o por una disminución en la capacidad motora. Por ello, una higiene adecuada y la revisión diaria de la piel son prácticas clave para prevenir la aparición de escaras y mantener la salud de la piel en óptimas condiciones.