Cuidar a una persona dependiente es un acto de amor, pero a la vez un reto para el familiar o ser querido. El cuidador asume una gran responsabilidad que a veces desemboca en el síndrome del cuidador quemado, caracterizado por el agotamiento físico y emocional.
A pesar de la visibilidad del burnout, aún se desconocen las opciones de ayuda para dependientes y sus familias. Estas incluyen las ayudas de la Ley de Dependencia de CCAA y Ayuntamientos, y los Programas de respiro familiar en las residencias Amavir. Dichas alternativas garantizan cuidados de calidad para los mayores, permitiendo al cuidador recuperarse del desgaste físico y mental.
- El síndrome del cuidador quemado surge por el agotamiento físico y emocional provocado por el cuidado continuo de una persona dependiente.
- Sus principales causas incluyen la sobrecarga de tareas, la falta de apoyo, el cuidado prolongado sin descansos y el estrés financiero o laboral.
- Los síntomas aparecen de forma gradual e incluyen señales emocionales, físicas y cambios en el comportamiento que pueden afectar al bienestar y a la calidad del cuidado.
- Existen recursos para prevenirlo, como pedir apoyo, delegar responsabilidades, mantener hábitos saludables, establecer descansos y acceder a programas de respiro familiar o ayudas de la Ley de Dependencia.
Causas del síndrome de cuidador quemado
Es importante tener en cuenta que el origen del síndrome del cuidador quemado no se debe a una causa aislada, sino que es el conjunto de factores que si se prolongan durante varios meses o años pueden provocar en los cuidadores un gran agotamiento físico y mental.
- Sobrecarga física y emocional: A causa de la cantidad de responsabilidades que implica el cuidado de una persona dependiente a largo plazo.
- Falta de apoyo social y familiar: Causada por el aislamiento social y la falta de apoyo emocional.
- Cuidado prolongado sin descansos: Puede provocar que las necesidades fisiológicas de descanso básico no se cumplan y la persona no descanse correctamente.
- Estrés financiero o laboral asociado al cuidado: Generado por la falta de recursos económicos o la imposibilidad de compatibilizar el cuidado con la actividad profesional.
Síntomas y señales de alerta
El síndrome del cuidador quemado se manifiesta gradualmente con un conjunto de síntomas emocionales, físicos y sociales. Si no se abordan, estos síntomas pueden intensificarse y cronificarse, provocando impotencia y colapso.
A continuación, se examinan algunos síntomas característicos del síndrome del cuidador quemado en función de si están relacionados con la salud física, mental o con el comportamiento normal de la persona:
Síntomas emocionales
El desgaste físico y emocional que supone cuidar de una persona mayor dependiente sin contar con apoyo de otros cuidadores o de personal profesional afecta a la motivación, la energía para realizar las actividades diarias. Estos son algunos de los síntomas emocionales que se suelen asociar a esta afección:
- Sensación persistente de tristeza y preocupación.
- Disminución del interés por socializar.
- Aumento de la irritabilidad y cambios bruscos de humor.
- Aparición de síntomas de ansiedad o depresión.
- Dificultades para concentrarse.
- Pérdida del interés o motivación para realizar actividades que antes interesaban.
Síntomas físicos
El estrés y la preocupación constante no solo tienen un impacto negativo en la salud emocional de las personas, sino que, además, son emociones que se reflejan en la salud física.
Se debe prestar atención a estos síntomas físicos:
- Experimentar una sensación constante de cansancio.
- Tener problemas para conciliar el sueño.
- Sufrir molestias en la digestión.
- Observar cambios en el apetito.
- Tener dolores musculares constantes.
- Ver incrementados los problemas de salud por tener un sistema inmunológico deteriorado.
Cambios en el comportamiento
El cansancio, el estrés y la falta de descanso, no son solo tienen un impacto en la salud mental y física, sino que además pueden provocar cambios en la manera de actuar y en los intereses habituales de las personas. Generalmente, ese desgaste se tiende a manifestar en aumento de la irritabilidad, pérdida de interés en mantener las relaciones sociales u otras actividades.
Además, la presencia constante y continua en el tiempo de estos síntomas puede agravarlos e incluso cronificarlos cuando la persona cuidadora no cuenta con los recursos necesarios para descansar o cuidar a la persona dependiente de manera más eficaz.
Consecuencias si no se trata
El desgaste provocado por la realización de un sobreesfuerzo durante un tiempo prolongado tiene consecuencias que no solo afectan a la persona responsable sino también a su entorno y puede tener consecuencias a largo plazo.
- Impacto en la salud del cuidador: el cansancio, el estrés y la preocupación pueden tener consecuencias en la salud de las personas tanto a nivel físico como mental.
- Calidad del cuidado del paciente afectado: una persona que sufre de agotamiento y está estresada va a tener más dificultades para cuidar a otra persona.
- Riesgo de crisis familiares o abandono involuntario del cuidado: por la disminución del tiempo dedicado a otros familiares y el aumento de la irritabilidad por el cansancio.
Cómo prevenir el síndrome de cuidador quemado
- Conocer la enfermedad
Cuando un ser querido padece una enfermedad que limita su autonomía diaria, la frustración afecta tanto a la persona enferma como a sus cuidadores y familiares. En estos casos, informarse sobre la enfermedad y su evolución con un profesional médico que conozca a la persona dependiente puede resultar muy positivo para despejar dudas y mejorar la comunicación y los cuidados.
- Delegar responsabilidades y pedir ayuda
Pedir ayuda, en ocasiones es percibido como un signo de debilidad. Sin embargo, es un signo de fortaleza saber cuándo uno no puede continuar manteniendo la misma calidad en los cuidados que necesita la persona mayor dependiente.
En estos casos existen diferentes posibilidades de delegación de responsabilidades, como diferentes opciones de ayuda a domicilio para personas mayores para que la persona dependiente obtenga los cuidados necesarios. En el caso de necesitar una rehabilitación se puede considerar que la persona dependiente realice estancias temporales en residencias de mayores, como por ejemplo en alguno de los centros de día Amavir.
- Establecer horarios de descanso y autocuidado
Además de contar con ayudas como los Programas de respiro familiar o estancias de las personas dependientes en residencias de ancianos Amavir, no hay que minimizar la importancia de tener un plan de autocuidado para atender las principales necesidades como la salud física o mental.
Es esencial tener un horario en el que se pueda garantizar un descanso completo tanto físico como del desgaste emocional de cuidar a una persona dependiente. Cuidar las relaciones sociales y evitar el aislamiento también es una manera de sentirse acompañado y recibir apoyo de seres queridos.
- Participar en grupos de apoyo para cuidadores
Recuerda que no estás solo y que existen grupos de apoyo para cuidadores en los que poder compartir inquietudes y obtener herramientas sobre cómo cuidar a una persona mayor dependiente.
- Mantener hábitos saludables
El cuidado de uno mismo comienza con los pequeños hábitos que ayudan a mantener y mejorar la salud física y mental. Consumir alimentos ricos en vitaminas, mantener un estilo de vida activo, dedicar tiempo a alguna actividad que ayude a desconectar como puede ser la lectura, la pintura, ver películas o pasear por la naturaleza.
Además, para incorporar estos hábitos en el día a día no requiere grandes cantidades de tiempo, sino que basta con dedicar unos minutos para preparar una comida saludable o disfrutar de tiempo con seres queridos. Estos pequeños hábitos son suficientes para preservar la salud física y emocional y ayudan a evitar sufrir el síndrome del cuidador quemado. Uno de los principales beneficios de los centros de día es que el cuidador principal puede disponer de más tiempo para mantener hábitos saludables al mismo tiempo que la persona mayor recibe los cuidados que necesita.
Cuidar a una persona mayor dependiente a largo plazo exige un gran compromiso. En Amavir, sabemos que esta tarea requiere tiempo, dedicación y esfuerzo. La falta de conocimientos o recursos de apoyo puede llevar al agotamiento, estrés y descuido personal, favoreciendo el síndrome del cuidador quemado. Es crucial recordar que existen recursos para prevenir esta situación.