El fallo se ha dado a conocer hoy y el premio se entregará en el transcurso del próximo congreso de la Sociedad, que se celebra el 24 de octubre en el Hospital Puerta de Hierro
La residencia para personas mayores Amavir Pozuelo, gestionada por Amavir y concertada con la Comunidad de Madrid, se ha alzado con el primer premio en el concurso “Mejor Caso Clínico de Continuidad Asistencial 2018” convocado por la Sociedad Madrileña de Geriatría y Gerontología (SMGG).
Uno de los objetivos de esta sociedad es mejorar el conocimiento y potenciar la coordinación y continuidad asistencial entre los equipos sanitarios de las residencias de mayores y los centros sociosanitarios de la Comunidad de Madrid con los equipos de Atención Primaria y hospitales dedicados a la atención de personas mayores. El concurso pretende trasladar las mejores experiencias en la coordinación entre los diferentes niveles de atención sanitaria de las personas mayores y mejorar la calidad asistencial.
El premio a Amavir Pozuelo por la Sociedad Madrileña de Geriatría y Gerontología como Mejor Caso Clínico de Continuidad Asistencial del año conlleva una gratificación económica de 600 euros. El fallo se ha dado a conocer esta tarde y el galardón se entregará en el tanscurso del próximo congreso de la Sociedad, a celebrar el 24 de octubre en el Hospital Puerta de Hierro de Majadahonda. Para la directora del centro, Ana Belén Nicolás, “es un honor que se reconozcan nuestras políticas de actuación en tratamientos que permiten una mejora en la calidad de vida de nuestros mayores. En Amavir, trabajamos cada día para implementar las mejores prácticas y tratamientos que garanticen el bienestar de los residentes”.
CASO CLÍNICO DE AMAVIR POZUELO
El caso clínico presentado por Amavir Pozuelo corresponde a una mujer que, a su ingreso en el centro, presentaba una dependencia leve que no le impedía realizar actividades propias de su vida diaria y contaba con total autonomía a la hora de realizar sus rutinas en el centro. Con el tiempo, tras sufrir un ictus, sus capacidades psíquicas, físicas y funcionales se ven gravemente comprometidas, impidiéndole desarrollar sus rutinas con normalidad y, por tanto, mermando su calidad de vida y su bienestar.
Desde el centro, en coordinación con atención primaria y el centro hospitalario de referencia, se inició un tratamiento de atención integral, que ha permitido restaurar la calidad de vida y autonomía de la mujer hasta niveles similares a los previos al ictus.