Ángeles Rodríguez, residente de Amavir Usera, hace un repaso a sus 91 años por la forma de cortejar típica de su juventud
Las chicas solteras formaban una fila y los chicos se acercaban a decirles un piropo y hablar con ellas. Comenzaban con las muchachas de los extremos, y en el centro se colocaban las más tímidas esperando a que llegase su turno. A sus más de noventa años, Ángeles recuerda la forma que tenían los hombres de ligar con las mujeres.
“Iban poco a poco, no eran lanzados. Iban acercándose hasta que tú decías: pero ¿cuándo se decide? Hasta que se decidía. Y a partir de ese momento pues siempre que nos apetecía”, recuerda la mujer.
Cuando tenían que llamarse los novios por teléfono, apenas podían hablar, puesto que por regla general el teléfono se encontraba en el pasillo. Los hombres de aquel entonces no buscaban simplemente la cama, buscaban amistad, un beso, un acercamiento hacia la muchacha. Para que hubiese cama, la relación entre ambos debía ser muy muy seria.
“Los guapos no son los que más gustan. Son los que tienen un “no sé qué” que atrae” nos cuenta Ángeles. Según ella, para los guapos hay mucha competencia, así que mejor los guapos para el cine.
En aquel tiempo, la gente ligaba en misa, en el Retiro…Como no había mucho dinero frecuentaban mucho el Retiro y las piscinas de alrededor de Madrid, donde, según cuenta Ángeles, acudían los mozos a “darse el lote” y luego volvían para casa.
Enseñanzas de vida
#LaImportanciaDelCortejo es el décimo vídeo de #LaExperienciaEsUnGrado, un proyecto lanzado por Amavir que ensalza la experiencia de nuestros mayores y sus lecciones de vida. A través del canal de Youtube del Grupo de Residencias, los residentes y usuarios de los Centros de Día cuentan sus vivencias y experiencias en la vida. En las redes sociales de Amavir, los seguidores podrán compartir sus experiencias personales o de amigos y familiares a través del hashtag del video, en esta ocasión #LaimportanciaDelCortejo.