Los beneficios de la natación en adultos mayores como actividad física repercuten de forma óptima con mejoras en su salud a todos los niveles. Practicar deportes es una fuente de energía y vitalidad, al mismo tiempo que mejoran la autonomía y el bienestar mental.
En Amavir, analizamos qué bondades específicas ofrecen las actividades acuáticas, enfocándonos en la natación.
- La natación es una actividad recomendada para las personas mayores porque la flotabilidad del agua reduce el riesgo de lesiones y alivia la presión en huesos y articulaciones.
- Practicar natación fortalece casi todos los grupos musculares, mejora la resistencia y contribuye a la salud del corazón y la circulación. Además, es muy efectiva para mejorar el equilibrio y la coordinación, lo que es vital para prevenir caídas.
- Nadar regularmente ayuda a calmar la mente, reduciendo el estrés y la ansiedad. También estimula el cerebro al requerir coordinación y libera endorfinas.
- Para nadar de forma segura, se aconseja calentar antes de entrar en el agua, ir adaptando la intensidad y contar con supervisión. Con sesiones de 30 minutos y 2 o 3 días a la semana es suficiente.
¿Por qué la natación es recomendada en personas mayores?
La natación es un deporte muy completo que se recomienda especialmente a los adultos mayores por los bajos riesgos que implica. La flotabilidad del agua reduce el riesgo de lesiones y hace los movimientos más seguros y agradables.
Al entrar en el agua los huesos, articulaciones y músculos se liberan de la compresión y la tensión, lo que alivia el dolor y la inflamación. Asimismo, favorece y facilita el movimiento de las articulaciones, así como la circulación sanguínea.
Principales beneficios físicos de la natación en adultos mayores
El agua es uno de los medios más adecuados para realizar ejercicios de estimulación y rehabilitación para cualquier edad, esto se puede ver en los beneficios del aquagym para personas mayores. La natación también puede favorecer a la salud de los ancianos.
- Mejora la fuerza muscular y la resistencia: Al nadar, se trabajan casi todos los grupos musculares del cuerpo, lo que fortalece brazos, piernas, espalda y abdomen, mejorando la resistencia y la autonomía diaria.
- Favorece la salud cardiovascular: Este ejercicio aeróbico fortalece el corazón, mejora la circulación sanguínea y ayuda a controlar la presión arterial.
- Reduce el riesgo de caídas y fracturas: La práctica de natación mejora el equilibrio, la coordinación y la densidad ósea, factores clave en la prevención de caídas y fracturas.
- Ayuda a mantener un peso saludable: Nadar quema calorías y acelera el metabolismo, contribuyendo a mantener un peso adecuado y, por lo tanto, reduciendo la presión sobre las articulaciones.
Beneficios mentales y emocionales de nadar a edad avanzada
Los beneficios de la natación en personas mayores no son solo físicos, sino también mentales y emocionales. Practicar cualquier deporte ayuda a mejorar la vitalidad y los deportes acuáticos ayudan a relajarse. Algunos de estos beneficios son:
- Reducción del estrés y la ansiedad: El contacto con el agua tiene un efecto relajante, disminuyendo la tensión nerviosa y favoreciendo la sensación de calma.
- Estimulación cognitiva y memoria: El aprendizaje de nuevas rutinas acuáticas y la coordinación de movimientos estimulan la actividad cerebral, lo que ayuda a preservar la memoria y las funciones cognitivas.
- Mejora del estado de ánimo y la autoestima: La práctica regular de natación libera endorfinas, mejora el humor y fortalece la confianza personal al superar metas progresivas.
Precauciones al practicar natación en la tercera edad
Al igual que con cualquier otro deporte es importante mantener precauciones al practicarlo para evitar lesiones, a pesar de ser una actividad física para adultos mayores de bajo riesgo. Algunas de nuestras recomendaciones son:
Calentamiento
Es recomendable realizar estiramientos y movimientos suaves antes de entrar al agua para preparar los músculos y articulaciones. El calentamiento previo es imprescindible en cualquier disciplina física, movimientos como girar los hombros y tobillos, flexionar el tronco y las rodillas pueden ayudar a preparar el cuerpo para el ejercicio.
Entrada al agua poco a poco
La inmersión debe realizarse de manera progresiva. Si el agua está muy fría puede producir un choque brusco con la temperatura corporal por lo que es importante acostumbrar al cuerpo a la temperatura del agua para evitar sobresaltos o problemas circulatorios.
Supervisión
Es aconsejable contar con un instructor o acompañante, especialmente si existen limitaciones físicas o condiciones médicas previas.
Adaptación del ritmo
Cada persona debe ajustar la intensidad y duración de la práctica según sus capacidades, evitando la sobre exigencia. Forzar un ritmo intenso no es aconsejable y se recomienda incrementar la intensidad del ejercicio de manera progresiva.
Preguntas frecuentes sobre natación en adultos mayores
¿Cuántas veces por semana puede nadar una persona mayor?
Se recomienda entre 2 y 3 sesiones semanales, dependiendo de la condición física y médica de cada persona.
¿Cuánto tiempo debe nadar una persona mayor?
Lo recomendado es nadar al menos 30 minutos por sesión para obtener beneficios, siempre incluyendo pausas y descansos. Es importante escuchar al cuerpo y empezar gradualmente.
¿Qué tipo de natación es mejor para problemas articulares?
Los estilos más suaves como el nado de espalda o ejercicios de aquagym son ideales, ya que reducen la presión en caderas, rodillas y columna. La natación de estilo espalda y crol tiene unos movimientos más suaves que son de bajo impacto.
¿La natación ayuda en la recuperación de operaciones o caídas?
Sí, siempre que esté indicada por el médico. El agua favorece la rehabilitación al permitir movimientos sin impacto, acelerando la recuperación y reduciendo el dolor. Este tipo de ejercicio mejora la flexibilidad y fortalece el músculo recuperando la fuerza.
Los beneficios de la natación en adultos mayores son amplios y abarcan desde la mejora de la fuerza muscular y la salud cardiovascular hasta la reducción del estrés y la prevención de caídas. Gracias al soporte del agua, los mayores pueden ejercitarse sin impacto en sus articulaciones, lo que les permite mantener su independencia y disfrutar de una mejor calidad de vida a nivel físico y mental.